Rodolfo, escritor Paranaense que admiro por su interminable ingenio a la hora de escribir, me paso este escrito que comparto con ustedes, por supuesto, de su autoría.
Alma mía
Con el sol de mañana, chorreaban las gotas de luz en la somnolienta hierba. Como si de rocío se tratase, estaba mi alma, tendida en el piso, ansiosa, expectante.
-Háblame de tus sueños -me dijo.
-¿Mis sueños?
-Si, eso que proyectas ahí dentro.
-Pues bien, sueño con... -empecé, pero me interrumpió.
-Oye, me aburro, tus sueños aburren.
Mi alma, retozando en la atmósfera broncínea bendecida por Febo, extendía sus alas.
-Mírame, soy libre, como tú cuando quieres serlo, mas no siempre lo quieres. Solo ocurre cuando te decides. Yo, tu alma, estoy frente a tí.
-Te veo, alma mía.
-¿Me dejarías ser libre?
-Tengo miedo...
-¿Miedo de qué?
-Si no lo sabes tú, quién puede saberlo? -contesté.
Desde los cuatro vientos, un silbo surgió. Helados hilos de fuego cayeron sobre mí. Algo o alguien me rodeaba. Creí ver un rostro. Creí ser ese rostro.
Observé mi interior y desde mi alma pude verme. Mi rostro pensativo. Desde ella vi mi cuerpo.
Abrí mis ojos y la vi, a ella, en el dorado cielo de la mañana, en el rocío de bronce, esperando.
-Rechazo -concluí, y continué- no temeré al rechazo.
Cerré mis ojos mientras mi alma volvía a mí.
-¡Soy libre! - gritó -, al fin.
by Rodolfo "RodoLinu"
Saludos
Fernando Ferrari
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